Vetmasi grupos operativos
Búsqueda en los contenidos de la web

Entrevista a María Luisa Arias. INIA-CSIC.

Explícanos en qué centro trabajas y cuáles son las investigaciones principales del mismo

Encantada de saludaros, soy investigadora y Directora del Centro de Investigación en Sanidad Animal, CISA, que pertenece al Organismo Público de Investigación (OPI) Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, INIA. Este centro está situado en Valdeolmos (Madrid), y dispone de una instalación de Alta Seguridad Biológica única en España, con niveles de contención biológica NCB3 (OMS) y 4 (Agri- OIE) que forma parte de la Red de Laboratorios de Alta Seguridad Biológica (RLASB) en el mapa de Instalaciones Científico Técnicas Singulares (ICTS) dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación.

Los estudios que realizamos aquí se dirigen principalmente a la investigación, el desarrollo y la innovación para la prevención, el diagnóstico y control de enfermedades transmisibles animales de impacto económico y sanitario. A través de Proyectos de investigación nacional e internacional nos ocupamos de las enfermedades infecciosas emergentes, re-emergentes y transfronterizas, principalmente víricas, que pueden causar tanto restricciones en el comercio internacional de animales, carnes y productos, como repercusión en la salud pública o la seguridad alimentaria. Entre estas enfermedades destacan la Peste Porcina Africana (PPA), Fiebre Aftosa, Peste equina africana o Lengua Azul, enfermedades causadas por Priones (como el mal de las vacas locas), enfermedades de peces, y aquellas que afectan tanto a animales como a humanos (zoonosis) como la Fiebre del Valle del Rift, infección por virus del Nilo Occidental, Gripe aviar o Crimean Congo. A través de nuestras colaboraciones con CSIC, también trabajamos con coronavirus respiratorios como el SARS o MERS. Tenemos también una actividad importante en vigilancia ambiental de resistencias a antimicrobianos.

Las áreas de investigación en las que estamos trabajando incluyen la epidemiología y la vigilancia sanitaria, los mecanismos de transmisión y contagio de las enfermedades, la caracterización de virus y patógenos que las producen, la respuesta inmune que desarrolla el animal infectado frente a la infección, estudios de la interacción virus-hospedador, así como el desarrollo de nuevas herramientas y métodos de diagnóstico, y estrategias de control, terapéuticas y vacunales.

El CISA forma parte de la Red de Laboratorios de Alerta Biológica (RE-LAB), dependiente de Presidencia del Gobierno, dedicada a hacer frente a amenazas producidas por agentes biológicos. En su zona BSL3 se encuentran dos Laboratorios de Referencia Internacionales: el Laboratorio de Referencia de la Unión Europea (EURL) y el Centro de Referencia de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) de la PPA, una enfermedad muy complicada, causada por un virus muy complejo, que no tiene vacuna. La PPA es actualmente el mayor problema sanitario al que se están enfrentando muchos de los países productores de porcino a nivel mundial. Está causando enormes problemas sanitarios y económicos, en distintos países especialmente Este de Europa y Asia, entre ellos en China, que es el mayor productor mundial. Su control y erradicación es una prioridad para la Unión Europea y para los organismos internacionales, como la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la FAO. A través de estos laboratorios realizamos una intensa actividad con Laboratorios Nacionales de Referencia de más de 50 países de todos los continentes. Todo ello requiere de una importante capacidad de respuesta ante brotes, por lo que contamos con expertos mundiales en la investigación y la lucha contra esta enfermedad.

Por sus características singulares y experiencia, el CISA también es el Centro de Referencia para la FAO en materia de Bioseguridad, realizando actividades de cooperación, asesoría y asistencia internacional en bioseguridad y en instalaciones de biocontención. Somos el único laboratorio de España autorizado para realizar experimentación con animales, “in vivo”, con el virus de la Fiebre Aftosa. A través de proyectos de investigación mantiene una colaboración intensa con multitud de Institutos de investigación nacionales, europeos y de otros continentes. A nivel nacional destacan las relaciones que mantiene con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, dando apoyo científico y técnico a los Laboratorios Nacionales de Referencia en materia de detección y control de enfermedades de declaración obligatoria.

Es importante destacar que los investigadores en el CISA participan en un número importante de redes de excelencia, destacando EPIZONE, DISCONTOOLS, VetBioNet, ASF-STOP (Action Cost), EJP programme, y Plataformas Globales para Enfermedades Epizoóticas, como GARA (para PPA), GF-TADs (Para enfermedades transfronterizas), coordinando el área de virología animal de la Red “One Health”, MedilabSecure, que comprende a más de 20 países del Mediterráneo, Mar Negro y países del Sahel, para la construcción de capacidades en la lucha frente a amenazas causadas por patógenos zoonóticos.

Desde tu punto de vista, ¿en qué puntos crees que la Red de Investigación en Sanidad Animal (RISA) podrá ayudaros en la transferencia tecnológica y la divulgación científica?

RISA es una iniciativa comandada por la ICTS RLASB que pretende mejorar la visibilidad y potenciar la difusión de los trabajos de investigación en sanidad animal en España, y fomentar la colaboración entre grupos de investigación, aunando sinergias, estableciendo complementariedad entre los grupos para hacerlos más fuertes y competitivos, evitando duplicidades. Unirnos, sumando para avanzar más con el fin de mejorar en el conocimiento de las enfermedades animales y desarrollar herramientas que permitan combatir de forma más eficaz aquellas que afectan o amenazan a nuestros sectores productivos en España y la Unión Europea. RISA aspira a convertirse en una plataforma de referencia para las administraciones,
empresas privadas, sectores implicados en sanidad animal, y para la sociedad en general.

En mi opinión RISA es una excelente iniciativa. Necesitábamos esta red para darnos a conocer más en profundidad y compartir nuestro trabajo con grupos de investigación que trabajan en el territorio Nacional en esta área de las enfermedades infecciosas animales, y de la Sanidad Ambiental. RISA busca conocernos y que nos conozcan, conocer las capacidades tecnológicas de sus instituciones participantes, grupos y áreas de investigación. En esta primera fase de RISA nuestro fin principal es conocernos y promover trabajos de colaboración I+D+i conjuntos entre grupos de distintas Instituciones y Centros de investigación. Tenemos una red de investigación europea similar a nivel Europeo para trabajar en enfermedades epizoóticas animales donde el CISA es muy activo, es la red EPIZONE. Esta red refleja muy bien el éxito de unir sinergias entre distintas Instituciones de I+D+i de Europa, construyendo puentes de colaboración entre ellas. Esta red ha facilitado la creación de consorcios de investigación donde cada socio se encarga de una labor específica, evitando duplicidades, trabajando en sinergia y en complementariedad en proyectos de envergadura. Este es también uno de los objetivos principales de RISA a nivel nacional.

¿Quienes participan en esta Red?

La Red RISA, está coordinada por la Red de Laboratorios de Alta Seguridad Biológica (RLASB) siendo su coordinador el Dr. Fernando Rodríguez (CRESA). Actualmente la forman grupos e Instituciones procedentes de universidades, centros de investigación y de la Plataforma Vet+i como socio de divulgación. En particular forman parte de RISA: el Centro de Investigación en Sanidad Animal (INIA-CISA); el Centre de Recerca en Sanitat Animal (IRTA-CReSA); el Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET) de la Universidad Complutense de Madrid; el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (NEIKER); el Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos (IREC; de la Universidad de Castilla-La Mancha y CSIC); la Estación Biológica de Doñana (EBD) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario del Principado de Asturias (SERIDA); y grupos de investigación en Sanidad Animal de la Universidad de Zaragoza; la Universidad de León, la Universidad de Extremadura, la Universidad de Córdoba y la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.

RISA es una red inclusiva, y otro de sus objetivos actuales es incrementar el número de miembros de la red, realizando actividades de difusión y captación de grupos e Instituciones que trabajen en Sanidad Animal en todo el territorio español.

¿Por qué es importante la sanidad animal y qué beneficios aporta a la sociedad, en materia de salud pública, medioambiente, etc.?

La sanidad animal cuida de la salud de los animales. Convivimos con animales. Nos alimentamos con productos animales. Las enfermedades de los animales no solo les generan sufrimiento a ellos, sino que también nos afectan, a veces muy directamente, como es el caso de las zoonosis. Las enfermedades animales resultan en ocasiones devastadoras y generan grandes pérdidas económicas en los sectores productivos, debilitando las economías de los países e incluso en muchas ocasiones afectando el comercio internacional de animales y productos. Necesitamos proteínas de calidad en nuestra alimentación y estas son las de origen animal. En las comunidades más pobres las enfermedades de los animales llegan a causar graves problemas de desnutrición por la pérdida de recursos alternativos al acceso de proteínas, incidiendo directamente en algo tan básico como su alimentación.

La salud de los animales repercute directamente en nuestra salud. Prevenir y controlar las enfermedades, refuerza la salud de la sociedad, y ya no digamos en comunidades más vulnerables, pensando en particular en los niños y mayores. Además, garantizar un suministro de alimentos seguros depende de animales sanos y productivos.

La sanidad animal es un pilar fundamental para el desarrollo de un país. Si no cuidamos la salud de los animales no estamos cuidando nuestra salud. Muchas enfermedades que nos pueden afectar son de origen animal. Al menos el 60% de las enfermedades humanas son de origen animal, y el 75% de las enfermedades emergentes son zoonóticas. Las enfermedades zoonóticas son un grupo de enfermedades infecciosas que se transmiten de forma natural de los animales a los seres humanos. El mayor riesgo de transmisión de estas enfermedades se produce en la interfaz entre el ser humano y los animales a través de la exposición directa o indirecta a los animales, los productos derivados de estos (por ejemplo, carne, leche, huevos) o su entorno. Para combatirlas necesitamos conocerlas, tener información sobre sus características clínicas y biológicas, como se trasmiten, como detectarlas, como controlarlas. Además, debemos tener en cuenta que los patógenos que conocemos en mayor o menor medida están en continua evolución, apareciendo nuevas variantes, con características diferentes. Continuamente surgen nuevos virus (como el coronavirus de Wuhan, de origen animal), bacterias resistentes a los antibióticos, etc., y falta conocimiento en muchas enfermedades importantes, y ello requiere investigación. Eso es precisamente lo que hacemos nosotros, investigamos para obtener la información necesaria que nos permita combatir eficazmente las enfermedades que amenazan a las poblaciones ganaderas, en particular en nuestro caso las más complejas y devastadoras, de impacto sanitario y que provocan importantes pérdidas económicas por el cierre de los mercados de exportación. Trabajamos desarrollando nuevas herramientas para su detección temprana, y su control a través del desarrollo de vacunas seguras y eficaces. Todo por “una sola salud”, porque de la salud de los animales depende nuestra salud. Este enfoque es el que hoy día se está siguiendo muy acertadamente a nivel internacional. Tenemos varios proyectos donde los investigadores del CISA trabajan codo con codo con los profesionales e investigadores del Instituto de Salud Carlos III, o del CSIC, o a nivel internacional con el Instituto Pasteur de París, para abordar los problemas de las enfermedades desde la perspectiva humana y animal, como ocurrió con la crisis de la gripe aviar.

La población humana está creciendo a un ritmo sin precedentes a nivel mundial. Esto traerá consigo un aumento importante de la demanda de productos de origen animal, carnes, huevos, leche, etc., y para poder tener las producciones más sanas, tendremos que combatir eficazmente las enfermedades animales y mejorar la eficiencia de las explotaciones ganaderas y la preservación de los hábitats naturales.

Debemos tener en cuenta que las enfermedades no conocen fronteras, y se extienden rápidamente a nivel global. Muchas de ellas vienen de África, y allí el control de las enfermedades se hace mucho más difícil. La cooperación internacional se hace imprescindible. En el CISA trabajamos para conocer cómo evolucionan los patógenos fuera de nuestro territorio, y estar preparados ante la potencial incursión de cualquier patógeno de impacto sanitario y económico no presente en nuestro país.

Las cosas no se improvisan, y la investigación en sanidad animal es un pilar básico a atender debidamente, cuyos beneficios no redundan no solo en la salud de los animales y en de nuestros sectores productivos y empresas, sino también en una mejor salud para las personas, y en mayores beneficios para la sociedad.

¿Cuál es la percepción de la sociedad sobre las innovaciones en sanidad animal? ¿Se conocen sus beneficios?

La comunicación está establecida a través de redes científicas, pero somos todavía muy deficientes, salvo contadas excepciones, en la comunicación a la sociedad de todo lo que hacemos y de los beneficios que aporta. Esta es una asignatura pendiente muy importante. España es puntera en muchas áreas del conocimiento, y particularmente se reconoce nuestra pujanza en sanidad animal a nivel internacional, y ello en gran parte también por la excelente ciencia que desarrollamos.

Pero tenemos que llegar a la Sociedad y llegamos muy poco. Los medios de comunicación se interesan poco, y es cierto que los investigadores no dedicamos tiempo para facilitar esta inter-conexión. Esto no es porque no queramos, sino porque nos falta tiempo, estamos asumiendo mucha labor de gestión además de la investigadora, y somos un pequeño colectivo. Pero habría que buscar el modo de hacerlo. También la posibilidad de abrir la Ciencia a las escuelas, impartiendo clases prácticas a los jóvenes, contando lo que hacemos y aquí con poco podría hacerse mucho. La semana de la Ciencia es una muy buena iniciativa pero se queda corta. Deberíamos saber cómo hacerlo, aunque no es fácil atraer a la sociedad para que nos conozca un poco más. Hay programas sí, pero no llegan lo suficiente al público, que no muestra mucho interés, quizás no los hacemos suficientemente atractivos, excepto cuando se produce una crisis alimentaria por ejemplo, como en el caso de las vacas locas o gripe aviar.

En España, ¿cómo crees que podría promoverse la I+D+i en sanidad animal?

Promover la I+D+i en sanidad animal puede hacerse a diferentes niveles, y en algunos ya se está haciendo. Por un lado entre el propio mundo de la I+D+i, esto es entre los propios investigadores que trabajan en la Sanidad Animal, y este es el hueco que va a tratar de cubrir precisamente la red RISA. La red RISA va a reforzar y ayudará a establecer sinergias entre grupos de investigación para una mejor coordinación, y aumentar las colaboraciones entre ellos. Por otro, entre el mundo científico, los sectores productivos, y empresas, y este pilar lo está cubriendo la plataforma Vet+i, haciendo un trabajo realmente excelente para que las actividades de investigación lleguen a conocerse en los sectores productivos y las empresas, promoviendo actividades conjuntas público-privadas, grupos operativos, etc. RISA que arranca ahora, espera, como dije al principio, convertirse también en otro referente a este nivel.

Existen en mi opinión además dos puntos clave que deberían resolverse y que son importantes para que se produzca una promoción real de la I+D+i. Por un lado, las empresas del sector y los propios productores de los sectores productivos invierten de forma escasa e insuficiente, esperando que sea el Estado el que lleve la carga de la I+D+i. Y el gobierno y las CC.AA tienen los recursos para la I+D+i limitados. Necesitamos más inversión por parte de las Empresas, y de los sectores. A esto se une un sistema de control de la gestión de la administración general del Estado, implantado durante la crisis que comenzó en 2008, que no sirve para el mundo tan particular de la ciencia, que está impidiendo un buen desarrollo de los objetivos científicos de los Organismos Públicos de Investigación (OPIs). Es el propio sistema el que nos frena e impide en ocasiones ser competitivos. Estamos perdiendo oportunidades por la rigidez de un sistema que no comprende las necesidades de la investigación y de la ciencia. Tenemos una burocracia excesiva, que ralentiza y no deja progresar a los
proyectos de I+D+i, que en muchos casos no pueden ejecutarse en su totalidad y se ven abocados a devolver dinero no ejecutado. Esto está ya afectando y mermando nuestra capacidad de liderazgo. Uno de los problemas más acuciantes son los contratos de personal investigador que tienen que ejecutar los proyectos de I+D+i que actualmente se demoran hasta más de un año. Con este sistema se pierde la agilidad necesaria para reaccionar ante las necesidades de la sociedad, para buscar soluciones o anticiparnos a posibles problemas que puedan presentarse. Como dije antes, las cosas no se improvisan, y por ello, algo debería hacerse ya para revertir esta situación.

Promover la I+D+i implicaría también ser capaces de atraer y retener talento y de mantener un perfil que sea atractivo para estudiantes e investigadores. A este aspecto debería igualmente prestarse particular atención para construir nuestro futuro en sanidad.

¿Cómo es la colaboración entre centros de investigación en sanidad animal? ¿y la colaboración de los centros con las empresas?

En mi experiencia y área de actividad existe actualmente, y cada vez más, una buena colaboración con las empresas y en ello están contribuyendo los esfuerzos del Estado a través del CDTI como de nuestra plataforma Vet+i. Pero volvemos a lo mismo, las iniciativas son principalmente trabajos en proyectos a través de convocatorias nacionales e internacionales. La implicación de las empresas e iniciativas en la financiación de estudios concretos es más bien “tímida”, quizás porque también ahí tenemos intereses divergentes. Creo que debería trabajarse mucho más en crear un eslabón que escasea en nuestro sistema de I+D+i. Y esa pieza es la que uniría la I+D con la “i“ de innovación y por tanto con las empresas.

Deberíamos contar con personal bien capacitado con experiencia investigadora preparados para sacar todo lo que hay en los grupos de investigación que pueda ser transferible a las empresas para crear nuevos productos, herramientas, kits, vacunas, sistemas, modelos de aplicación, etc., que beneficien a la sanidad animal y a la salud de los animales, y por ende a los sectores productivos. Actualmente este eslabón recae en parte en los propios investigadores, ya saturados de otras tareas (en especial la cada vez más difícil gestión de proyectos de I+D), por lo que una transferencia e innovación acorde a todo lo que se realiza en I+D está aún lejos de ser buena en nuestro país. De hecho, otros muchos países, y no nosotros, se benefician de ello a través de la excelencia en los trabajos científicos publicados.

Algo más personal ¿Por qué decidiste dedicarte a la investigación?

Desde siempre, desde que tengo recuerdos de infancia, me atrajo el mundo de las ciencias, y la curiosidad me llevo a la investigación. Modestamente he de decir que era muy buena en matemáticas, pero no me seducía lo suficiente para dedicarme exclusivamente a ella. Necesitaba algo más aplicativo, que me llevara al mundo real y a la sociedad. Por eso giré hacía la Química, y hacia la Bioquímica, aunque otras ramas me atraían también. Me fui marcando objetivos cercanos, ilusionándome por todo lo que hacía, daba igual que además del trabajo que hacía, tuviera que fregar material de laboratorio, poner un autoclave, dar de comer a los conejos, o atender una visita de un investigador americano. Todo para mí era válido y contribuía a aprender. Me satisfacía todo. Me empapaba de ciencia y me empapaba de vivencias que me relacionaban con la ciencia. Y tuve suerte de ser bien asesorada y dar con un tutor, hoy eminente científico de reconocimiento mundial, que creyó en mí y en mi potencial: El catedrático de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la UCM, Profesor Dr. José Manuel Sánchez-Vizcaíno.

He de decir que el camino no es fácil, no lo fue antes y no lo es ahora. Pero con ganas, ilusión, persiguiendo unos objetivos claros y realistas, que no te creen frustración, estudiando y luchando para mejorar, ser mejor investigador, y para conseguir proyectos, esto es haciendo camino siempre adelante, se puede. Los investigadores sentimos mucha satisfacción por lo que hacemos. Para mí, por ejemplo, ha sido siempre fundamental desarrollar una I+D que apoyara las necesidades del Ministerio de Agricultura con la ciencia y resolver los problemas de los sectores productivos en la lucha contra las enfermedades animales. Siempre he necesitado sentirme cercana a los sectores, a la sociedad, y estar en las primeras filas para combatir desde la ciencia los problemas que pudieran aparecer.

El mundo de la investigación es fantástico, pero requiere mucha dedicación, y es particularmente competitiva e individualista. Esto la hace a veces ingrata también, al movernos en un mundo donde existe una fuerte competitividad. Creo en la competitividad, y el esfuerzo, que nos hace mejores. Pero estos dos elementos tienen también unos componentes negativos que a veces saca lo peor de las personas, algo que no debería ser de ninguna de las maneras. El respeto al trabajo de los demás debe ser otra consigna que debe primar como valor en la investigación. Hoy día se valora cada vez más el esfuerzo y trabajo en equipo, y es lo que se está potenciando desde los estamentos científicos en las convocatorias de proyectos, lo que está contribuyendo a facilitar las colaboraciones entre científicos. Yo creo firmemente en el trabajo de equipo, la unión siempre hace la fuerza, complementándonos, permitiéndonos conseguir mucho más con menos recursos, lograr avanzar más rápidamente, y hacernos más visibles.

El próximo 11 de febrero se celebra el Día de la Mujer y la Niña en la ciencia. Como profesional en la investigación en sanidad animal ¿Cómo valoras la evolución del papel de la mujer en este campo?

Pues creo que hemos conseguido mucho, aunque sinceramente, en mi experiencia personal, salvo en mi época de maternidad, no me he sentido particularmente discriminada, aunque he de reconocer que me acostumbré eso si a vivir en un entorno “machista” y a lidiar con él, algo que creo por mi carácter no me resultó especialmente difícil. En esto también me he sentido privilegiada, pues han sido dos hombres quienes, creyendo en la mujer, marcaron mi vida y fueron determinantes en mi carrera profesional. El primero relacionado con “la Niña en la ciencia”, fue mi padre quién me aportó todo lo que necesitaba saber para iniciar el camino hacia la investigación. Hablamos de los años 70,y sus mensajes fueron cruciales para llegar hasta donde estoy ahora. Fue el primero que creyó en mí, me dio seguridad y confianza, me dio lecciones de vida, valores, de respeto a los demás, de responsabilidad, lealtad, empatía, y de tener siempre presente a los demás. Valores que fueron fundamentales para crecer como niña, como mujer y como investigadora. Siempre me insistió que debía estudiar para no depender de un hombre y poder según las circunstancias que pudieran darse valerme por mi misma, que debía ser valiente, superar las adversidades, y luchar siempre por lo que creía. El segundo, mi maestro durante los primeros 20 años en el mundo de la investigación fue José Manuel Sánchez-Vizcaíno, que siempre creyó en el potencial de las mujeres en la ciencia y en nuestra contribución para hacer ciencia e investigación de calidad. Creía en la mujer, en nuestras ideas, algo que fue determinante para mí, y para mi carrera como investigadora. De hecho hicimos un tándem estupendo, que seguimos manteniendo colaborando en proyectos nacionales y europeos. Han sido precisamente dos hombres los que creyeron en mí, en lo que valemos las mujeres, y esa es una línea muy importante que también hay que seguir para llegar a la igualdad, llegar a ella a través de conseguir el apoyo real del hombre, que nos sienta como iguales.

Veo los grandes avances que se están haciendo, reconociendo el valioso papel de la mujer en la ciencia. En este campo las mujeres somos responsables, leales, y comprometidas. Además se reconoce nuestra importante aportación en el desarrollo social y económico de la sociedad. Se valora cada vez más nuestra contribución en todas las áreas de la vida. La visión de la mujer con respecto a lo que queremos para la sociedad, su carácter y forma de ser (influenciada por un fuerte sentimiento de protección por su rol de madre), su valentía y perseverancia, están contribuyendo muy significativamente al progreso en todos los estamentos, sociales, y al respeto de los derechos humanos


El papel de la mujer es determinante para crear un futuro y un mundo mejor.

volver

Financiado por

Partner de divulgación

Vetdivulga
Una iniciativa de
Vet+i