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Pandemias, ¿Una realidad evitable?

La palabra pandemia ha ganado, por desgracia, un protagonismo inesperado en nuestras vidas en los últimos años. El COVID-19, además de suponer una amenaza global y un enorme reto para nuestro sistema sanitario, ha puesto en jaque a la humanidad en su conjunto, demostrando claramente que la única manera de afrontar los problemas globales del futuro es intentando aplicar soluciones también globales.

Desafortunadamente, la historia nos demuestra que, no por mucho escuchar una lección, esta se aprende, como demuestran los dos ejemplos que a continuación se describirán. Tanto la gripe aviar de alta patogenicidad como la peste porcina africana (PPA) son dos pandemias eminentemente animales que, a pesar de no tener una incidencia directa en nuestra salud comparable a la del COVID-19, suponen un reto global enorme, no sólo en el presente sino también para el futuro, contribuyendo ambas y de formas muy distintas a aumentar la desigualdad y la carestía en el mundo. Las figuras que acompañan este texto pueden visualizarse en movimiento en los dos siguientes artículos; representan la dinámica del avance imparable de la PPA en el mundo y la incidencia estacional de la gripe aviar a nivel global en los últimos años.

Tanto la peste porcina africana, exclusivamente afectando al porcino, como la gripe aviar de alta patogenicidad que afecta a aves domésticas y salvajes, con un muy limitado potencial zoonótico, son enfermedades de declaración obligatoria a la Organización Mundial de la Salud (OMSA, antigua OIE); y, como tales, su declaración supone el sacrificio de todos los animales (afectados o no) en un radio concreto alrededor de la zona afectada y la inmovilización de los productos derivados de ellos. Las consecuencias económicas para los países afectados y su impacto en la balanza comercial global son enormes y sus consecuencias devastadoras, tanto para los países ricos que viven en gran medida de la exportación, como para los países pobres cuya subsistencia depende de los pocos animales que tengan en el patio trasero de su casa. A pesar de ser enfermedades eminentemente animales, el factor humano juega un papel enorme como trasmisor mecánico de ambas, por lo que, de nuevo, medidas tan esenciales como la bioseguridad y el control de los movimientos resulta esencial. La implementación de vacunas en el futuro podría jugar un papel esencial para su control.

Mucho es lo que sabemos, pero poco es lo que implementamos de manera coordinada y a nivel global. La ausencia de políticas de compensación al ganadero por las pérdidas sufridas hace que, en los países más pobres, se declare uno de cada muchos de los brotes sufridos, complicando aún más el control de las enfermedades. Mientras esta realidad no cambie y las medidas propuestas no sean sólo teóricas, sino que vengan apoyadas de movimientos solidarios en la inversión y en la educación, estas pandemias, y otras, habrán venido para quedarse.

No seamos bobos y preparémonos para las futuras pandemias.

Fernando Rodríguez trabaja en la Unitat Mixta d’Investigació IRTA-UAB en Sanitat Animal, Centre de Recerca en Sanitat Animal (CReSA), Bellaterra (Barcelona). Karl Kochanowski también investiga en el IRTA-CReSA, Centro Colaborador de la OIE para la Investigación y el Control de las Enfermedades Porcinas Emergentes y Reemergentes en Europa, y es quien ha elaborado los mapas interactives.

Este artículo fue publicado en la Revista Virología de la Sociedad Española de Virología.

Mapas de la distribución mundial de la PPA y de la gripe aviar a final de septiembre de 2022 (elaborados por Karl Kochanowski, 2022). Los mapas interactivos –que pueden visualizarse en los siguientes artículos– muestran todos los brotes de ambas enfermedades virales notificados en todo el mundo, en animales salvajes y domésticos, desde enero de 2005 hasta septiembre de 2022. Los datos fueron obtenidos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Los círculos rojos llenos indican los brotes informados dentro de cada mes respectivo; los círculos vacíos muestran todos los brotes anteriores. Resaltado en gris en gráficos: inviernos meteorológicos (1 de diciembre a 28 de febrero) en el hemisferio norte. En total, se notificaron más de 36000 y 44000 brotes de PPA e gripe aviar, respectivamente, en estos períodos de tiempo.

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