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Día Internacional de la lucha contra la Rabia

“UNA SALUD, CERO MUERTES”

Cada 28 de septiembre se celebra el día internacional de la lucha contra la rabia, establecido por la Alianza Global para el Control de la Rabia (GARC) y reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta jornada de sensibilización y concienciación tiene el objetivo de insistir en las consecuencias que tiene la rabia humana y animal, además de recordar cómo se puede prevenir esta enfermedad en las personas mediante la vacunación de los animales. En 2022 el lema elegido es “Una Salud, cero muertes” destacando así la necesidad de un enfoque One health y de la colaboración de profesionales de la salud animal y humana y del medio ambiente para conseguir erradicarla del planeta.

LA RABIA, UNA DE LAS ZOONOSIS MÁS ANTIGUAS Y PELIGROSAS QUE SE CONOCEN

La rabia es una enfermedad que ha tenido una gran trascendencia a lo largo de la Historia, y quizás es la enfermedad zoonótica de mayor impacto mediático debido los efectos de la infección. Han sido numerosas las referencias a esta enfermedad, y se considera que la más antigua figura en las leyes de Eshnunna (ciudad-estado de la baja Mesopotamia, actual Irak) de hace unos 4000 años (ca. 1930 a.C.). En este código, que consta de más de cincuenta artículos escritos en acadio, hace referencia a la cuantía de la indemnización que el propietario de un animal rabioso debía pagar cuando el animal había mordido a un hombre libre o a un esclavo, habiendo causado su muerte. También se menciona la rabia en el conocido Código de Hammurabi (ca. 1755 a.C.), así como en escritos de Demócrito, Aristóteles, Plinio el Viejo y Galeno entre otros. La enfermedad se describe con mayor detalle en el tratado de Avicena (980-1037), encontrando en el cuarto volumen del tratado un texto donde se refiere “Sobre la descripción del perro y el lobo rabiosos y el chacal/comadreja rabiosos” y "Sobre las condiciones que surgen de la mordedura de un perro rabioso”.

Pero sin duda alguna, la historia de la rabia dio un giro con los estudios de Louis Pasteur y el desarrollo de la primera vacuna antirrábica. El 6 de julio de 1885 el niño de nueve años, Joseph Meister, fue trasladado a París desde Alsacia tras haber sido mordido por un perro rabioso camino de la escuela dos días antes. Pasteur y sus colegas inyectaron la primera de 14 dosis diarias de suspensiones de médula espinal de conejo que contenían virus de la rabia atenuado mediante pases progresivos en este tejido. La decisión de Pasteur de tratar al niño fue consecuencia de cuatro años de intensa investigación, ya que la vacuna había resultado eficaz en la protección de conejos y perros en el laboratorio. Tras el éxito obtenido impidiendo el desarrollo de rabia en el niño infectado, el procedimiento de inmunización antirrábica de Pasteur se adoptó rápidamente en todo el mundo. En España, el primer Instituto Antirrábico se funda en Barcelona en 1887 bajo la dirección del Dr. Jaime Ferrán, siendo el segundo centro creado después del de Pasteur en París. El método de vacunación frente a la rabia desarrollado por Pasteur se considera un hito en la sanidad mundial y, de hecho, permitió el desarrollo de más vacunas eficaces y seguras frente a distintas enfermedades importantes para la salud humana y animal.

Louis Pasteur (Óleo de Albert Edelfelt, 1885)

¿QUÉ SABEMOS DE LA RABIA?

La rabia es una enfermedad vírica causada por virus de la familia 'Rhabdoviridae', género Lyssavirus, con unas características muy particulares, como que la sintomatología puede no observarse hasta semanas o meses después del contagio. Este se produce fundamentalmente por mordisco a partir de animales rabiosos. El virus se replica primero en el tejido de entrada, donde puede ser atajado por las defensas inmunitarias del individuo mordido. Pero con el tiempo los nuevos virus penetran en el tejido nervioso ascendiendo hacia el cerebro, y en este tránsito la infección es ya imparable. Una vez alcanza el cerebro se manifiestan los principales signos, como son la irritabilidad, el aumento de sensibilidad a los estímulos y la agresividad, conllevando a la muerte prácticamente en el 100% de los casos.

En las personas, la rabia es una zoonosis, es decir, nos contagiamos por exposición a animales infectados. Pero son muchas las especies que pueden padecer y transmitir la rabia. Generalmente pensamos en los perros, y en menor medida los gatos, como principal fuente, y así es, ya que los mordiscos de perros rabiosos producen el 99% de los casos, con alrededor de 60.000 a 75.000 muertes al año, por lo que se denomina “rabia urbana”. Precisamente uno de los objetivos de la OMS es eliminar esta lacra, que tiene lugar sobre todo en zonas rurales de África y del sur de Asia, a través de la vacunación de los perros y de la concienciación de la población. Pero también existe la “rabia silvestre o selvática”, que transmiten distintas especies en libertad, como zorros, lobos, mangostas, chacales, mapaches o incluso mofetas. Finalmente, también hay una “rabia de los quirópteros” o de los murciélagos, especialmente importante en Sudamérica donde existen murciélagos hematófagos, que muerden al ganado produciendo graves pérdidas económicas. Pero además hay murciélagos en Europa que, aunque se alimentan de insectos, cuando están infectados se vuelven agresivos y muerden, pudiendo transmitir la enfermedad.

Casos de mortalidad en personas por rabia. En gris, países con rabia canina erradicada. (WHO, 2017)

Enlace a la sección divulgativa del ISCIII.

LA RABIA ES PREVENIBLE POR VACUNACIÓN

Afortunadamente existen vacunas muy eficaces para controlar la rabia, versiones mejoradas de la de Pasteur, utilizando las nuevas tecnologías. Con ellas, los efectos secundarios son mínimos o nulos para las personas que necesitan vacunarse, cortan eficientemente la cadena de transmisión y pueden incluso emplearse en cebos para vacunar a la fauna silvestre, distribuyéndolos desde el aire en sitios estratégicos para que los ingieran los animales y queden inmunizados.

La vacunación es la mejor medida de prevención frente a la rabia en los animales y las personas, y, de hecho, la estrategia global de lucha y erradicación de la enfermedad auspiciada por la OMS la OMSA y la FAO (“Cero en 2030”) se basa en la vacunación masiva de las mascotas, fundamentalmente perros (de dueños y vagabundos), y de forma secundaria de otros animales silvestres o domésticos que puedan ser un riesgo en la cadena de transmisión a las personas. En este sentido hay que destacar que desde 2012, la OMSA ha creado un banco de vacunas antirrábicas que está facilitando las campañas de vacunación canina en los países miembros que lo soliciten, principalmente aquellos con rabia endémica en África y Asia. Pero esta vacunación sigue siendo muy costosa y complicada de conseguir en los países con menores recursos, por lo que la situación de la rabia a nivel global está lejos de estar controlada.  

Vídeo de OMSA sobre el control de la rabia mediante la vacunación y el banco de vacunas antirrábicas

¿CUÁL ES LA SITUACIÓN DE LA RABIA EN ESPAÑA?

La rabia es una enfermedad de declaración obligatoria tanto para la sanidad animal como para la salud humana. Por tanto, veterinarios y médicos deben notificar a las autoridades sanitarias los casos sospechosos que son diagnosticados y confirmados en el Centro Nacional de Microbiología-ISCIII de Majadahonda (Madrid).

Pero ¿se han notificado en la historia reciente casos de rabia en nuestro país?

La rabia canina (rabia urbana) fue eliminada de Europa a lo largo del siglo XX comenzando en 1904 por Inglaterra. España acabó con ella en 1965 tras una intensa y larga lucha, aunque hubo un rebrote limitado a la provincia de Málaga entre 1975 y 1978 con más de ciento veinte casos declarados, incluidos dos zorros que podían haber causado una epizootia silvestre, lo cual, afortunadamente, nunca ocurrió. La epizootia europea de rabia vulpina o de los zorros nunca llegó a la península Ibérica gracias a las intensas campañas de vacunación de campo desplegadas por muchos de los países europeos, particularmente por Francia, y que han permitido barrer la rabia vulpina hasta las fronteras orientales de la Unión Europea.

Tras este último brote peninsular autóctono solo se han detectado casos importados (son aquellos que diagnostican en España, pero en personas o animales que se han infectado en otro país y después han viajado al nuestro). En 2013 hubo un caso canino importado en Toledo por entrada ilegal de un perro que viajó con sus dueños desde Cataluña a Marruecos sin haber cumplido con todos los requisitos normativos para movimientos transfronterizos de animales de compañía (cumplimiento del plazo después de la vacunación y análisis del nivel de anticuerpos) y que fue causa de una alerta epidemiológica. Pasados varios meses lograron introducir ilegalmente al animal, ya infectado, en la Península hasta su domicilio en Cataluña y posteriormente a Toledo, donde el animal desarrolló gran agresividad, siendo abatido tras agredir a varias personas causando a una de ellas heridas de consideración. Afortunadamente, el régimen de vacunación obligatoria que existía en Castilla la Mancha y el dispositivo de especial vigilancia y control desplegado bajo nivel de alerta 1, evitaron que se produjera un brote y se produjesen casos de rabia humana.

Además, se han detectado regularmente casos importados desde Marruecos en Ceuta y Melilla, de los que, entre 1987 y 2022, se han declarado 28 casos en Ceuta y 111 en Melilla. Habitualmente se trata de episodios aislados que no dan lugar a casos secundarios, ya que ambas ciudades autónomas tienen poblaciones caninas con elevadas coberturas vacunales, a lo cual contribuye el hecho de que la vacuna está subvencionada y no tiene coste para los propietarios de los animales. Sin embargo, entre septiembre de 2021 y junio de 2022 se produjo un brote en Melilla con once animales diagnosticados. Se trataba de perros sin propietario y por tanto sin vacunar, por lo que el control de esta población ha permitido controlar el brote.

Por otra parte, hay constancia de varios episodios de perros infectados recogidos por personas en Marruecos, introducidos ilegalmente en la Península a través de fronteras marítimas y transportados en automóvil a través de territorio español hasta otros países europeos, en casi todos los casos Francia, donde desarrollaron síntomas causando alertas (no hay que olvidar que el período de incubación de la rabia suele ser de varias semanas o incluso meses). Conviene destacar que ni Ceuta ni Melilla han sido nunca origen casos importados en otros territorios.

La rabia humana endémica desapareció al eliminar la canina, aunque hemos tenido tres casos en personas que fueron mordidas por perros en Marruecos y desarrollaron síntomas en España, uno en Ceuta en 2004, otro en Madrid en 2014 y otro en Vizcaya en 2019. Estos casos, aunque dramáticos, no suponen alerta epidemiológica, ya que nunca se ha documentado la transmisión de rabia de persona a persona. No obstante, y dada la extrema gravedad de la enfermedad, está indicada la profilaxis post-exposición en los contactos de los pacientes con rabia.

ES IMPRESCINDIBLE TENER SISTEMAS DE VIGILANCIA DE RABIA

Pese a las estrictas medidas de control fronterizo, un episodio semejante de casos importados podría volver a producirse en cualquier momento. No hay que olvidar que, pese a lo que muchas veces se expresa, la rabia no está erradicada (concepto exclusivamente global), sino eliminada de algunos territorios en particular como la Unión Europea que, sin embargo, está rodeada de zonas endémicas y es, por tanto, es susceptible de recibir casos importados. Por esta razón, se deben de mantener permanentemente operativos los sistemas de vigilancia y las medidas de prevención y control, entre las que debería incluirse la vacunación obligatoria de perros, gatos y hurones en todo el territorio de sus países fronterizos, como España. Precisamente España se considera un país en riesgo de sufrir algún brote por su cercanía e intercambio de personas y animales con países endémicos, como es Marruecos, pero también por el tráfico ilegal de animales y la tasa de vacunación de mascotas en nuestro país ya que en algunas comunidades autónomas no es obligatorio.

Enlace a la web del ISCIII y del MAPA.

¿LA RABIA EN MURCIÉLAGOS TIENE IMPACTO EN SALUD PÚBLICA?

En lo que respecta a los murciélagos, el único continente donde estos animales son portadores del virus de la rabia es América, hecho que, junto a la presencia de especies hematófagas en sus zonas tropicales y subtropicales, que muerden de forma habitual movidos por su comportamiento trófico, hacen que la rabia transmitida por murciélagos sea, en este continente, un problema relevante para la salud pública, tanto humana, como veterinaria. En el resto del mundo, los murciélagos son portadores de un complejo de lisavirus relacionados pero diferentes al virus de la rabia, de los que hasta la fecha se conocen dieciocho y que son característicos de cada uno de los continentes. Todos ellos en su conjunto, no han producido más allá de doce casos de rabia humana, de ellos cinco en Europa y ninguno en España, por lo que su relevancia sanitaria es mucho menor. De los cuarenta y ocho casos de rabia en murciélagos declarados en España, todos ellos menos uno fueron producidos por el lisavirus Europeo de Murciélago tipo 1, que es igualmente el detectado en más del 95% de los casos comunicados por el resto de países europeos. El caso restante se trató de un virus nuevo, el lisavirus europeo de murciélago Lleida, que, aunque nunca se ha detectado en seres humanos, sí que es transmisible a ratones en condiciones de laboratorio. Este virus pertenece a un grupo que conocemos como lisavirus divergentes, que no son neutralizados por anticuerpo inducidos por la vacuna. La rabia en murciélagos en Europa es, pues, un problema endémico con potencial impacto para la salud pública que ha de ser vigilado y prevenido a través de la vacunación preventiva y la promoción de buenas prácticas de trabajo en las personas en especial riesgo de contacto estrecho con murciélagos (investigadores especializados o veterinarios asistenciales de centros de recuperación de fauna salvaje) y de la educación sanitaria de la población general enfocada a evitar el contacto con murciélagos y acudir al médico si, pese a ello, se recibe una mordedura.

VACUNAR A LAS MASCOTAS PARA PROTEGER LA SALUD PÚBLICA

A pesar de que la vacunación de las mascotas es la medida más eficaz de control de la rabia, en España no es obligatoria en las Comunidades Autónomas de Galicia, País Vasco y Cataluña, siendo obligatoria solo en perros potencialmente peligrosos en Asturias. Por ello, La existencia de un plan nacional de vacunación frente a la rabia, anual y obligatoria en todo el territorio es algo reivindicado desde hace tiempo por la Organización Colegial Veterinaria de España, ya que es el camino para el control de la enfermedad, pues como hemos comentado previamente, más del 99% de los casos humanos se producen por mordeduras de perros rabiosos.

Pero además de vacunar a nuestros perros y gatos, es muy importante que la población conozca lo que debe hacer en caso de mordedura por un animal, acudiendo a los servicios médicos para que se evalúe el riesgo de infección o la necesidad de aplicar un tratamiento preventivo en los casos sospechosos. Y en cuanto a los propietarios de mascotas, seguir siempre las recomendaciones sanitarias, así como las de los veterinarios, a la hora de adquirir un animal procedente de otro país o de viajar con ellos a zonas endémicas de rabia.

Se puede consultar la normativa para viajar con mascotas en la página del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, donde se incluyen requisitos a cumplir con respecto a la vacunación de rabia y controles serológicos para comprobar la eficacia de la vacunación:

Autores: 

Ana Doménech, Mª del Mar Blanco, Esperanza Gómez-Lucía (Departamento de Sanidad Animal, Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid).

Juan E. Echevarría (Unidad de Virus Exantemáticos, Parotiditis y Rabia. Laboratorio de Referencia e Investigación en Enfermedades Víricas Inmunoprevenibles del Centro Nacional de Microbiología-ISCIII, Majadahonda- Madrid)

A. Doménech, E. Gómez-Lucía y J.E. Echevarría son, además, miembros de la Sociedad Española de Virología (SEV)

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